El objetivo principal de Las Esencias Florales consiste en aumentar el nivel vibratorio y energético para, de este modo, dejarnos abiertos y receptivos a los mensajes que nuestra Alma nos envía.
No curan atacando la enfermedad tal y como hace la medicina alopática, sino que su labor es amplificar y actualizar las vibraciones de nuestra Alma haciéndolas más evidentes y ante tal presencia –como diría el propio Dr. Bach- la enfermedad se derretiría como la nieve bajo el sol.
Si la personalidad pudiera obrar al unísono con el Alma, la armonía reinaría en el ser humano. Es cuando existe una escisión entre el Alma y la personalidad que se produce la desarmonía y con ello la pérdida de energía, la fricción, la perturbación… el origen de la enfermedad ha comenzado.
La enfermedad corporal es una señal de alarma que nos indica el abismo abierto entre el Alma y la misión que ha venido a realizar, y la personalidad que es el instrumento con que se va a ayudar para realizar tal misión.
La enfermedad nos habla sin palabras para decirnos la necesidad de cambiar algo en nuestro modo de ver y comprender el mundo y, en definitiva, de comportarnos en él.
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