Desde niño demuestra una gran sensibilidad hacia el sufrimiento de los seres vivos, hecho que lo lleva desde temprana edad a manifestar su intención de ser médico.
Trabaja 3 años en la fundición de latón de su padre, donde tiene una visión de las duras condiciones de vida de la clase obrera de principios de siglo. Completa este trabajo con la representación comercial de los productos de la fábrica, al parecer sin mucho resultado.
A los 20 años ingresa en la Facultad de Medicina de Birmingham (1906), graduándose en 1912.
Durante sus practicas, Bach constata lo que ya intuía: en el tratamiento del enfermo, tiene más importancia su personalidad que el cuerpo. Pronto comprende que la visión que el paciente tiene de la vida, sus emociones, sus patrones mentales, sus errores, sus motivaciones, son los que condicionan la evolución de la enfermedad. En todo caso comprueba, que los enfermos que tienen alicientes mejoran mucho antes que los deprimidos y tristes.
En 1914 estalla la Primera guerra mundial y Bach no es reclutado (muy en contra de su voluntad) para el servicio activo dada su precaria salud, aunque se le adjudican 400 camas de heridos de guerra en el Hospital del Colegio Universitario. En este centro compagina su trabajo con investigaciones en el campo de la bacteriologia.
Es en este tiempo cuando descubre la relación que hay entre ciertas bacterias intestinales y determinadas enfermedades crónicas. Llevado por estas investigaciones, prepara unas vacunas personalizadas que resultan efectivas en muchos pacientes.
En 1917 padece graves problemas de salud: hemorragias producidas por una enfermedad que desconocemos, que podría ir desde un cancer muy diseminado hasta una posible patología autoinmune, que hacen temer por su vida, pero que probablemente sirven para reafirmarlo y comprometerlo más en su camino. Lo operan a vida o muerte y se sabe que le extraen el bazo.
En 1919 ingresa en el Hospital Homeopático de Londres como bacteriologo y entra en contacto con la obra de Hahnemann, el padre de la homeopatía, dándose cuenta de que muchas de las ideas y visiones que tenía sobre el ser humano y la enfermedad, habían sido ya descritas y comprobadas cien años antes. Esto lo estimula enormemente. En el convencimiento de que deben buscarse métodos no agresivos de tratamiento, aplica a sus vacunas el método homeopático, pasando a ser éstas de inyectables a orales.
En 1920 se publican los resultados de sus estudios en las Actas de la Real Sociedad de Medicina, alcanzando gran difusión en los círculos científicos de la época.
En los años sucesivos se dedica a investigar en su laboratorio particular de Harley Strret (Londres).
En ese tiempo ya prescribe sus vacunas basándose integramente en el temperamento del enfermo.
A mismo tiempo que crece su fama lo hace también su insatisfación, ya que no está conforme con el tipo de sustancia con las que trabaja (bacterias intestinales).
Comienza a buscar productos naturales, como plantas y hierbas con las que sustituir las bacterias, consiguiendolo en muchos casos. Para Bach, ya en esta época de sus vida, lo mas importante en el aspecto terapéutico sera la formación integral del ser y para ello intuye que los remedios con los que se maneje deberán en lo sucesivo ser: naturales, simples de obtener y preparar, no tóxicos y útiles para todos los seres vivos.
En 1929 Bach tiene 43 años y una floreciente consulta que le aporta suculentos beneficios. Sus trabajos son publicados en las revistas científicas más importantes de la época. Goza de una excelente reputación entre sus colegas (alópatas y homeópatas). Su laboratorio y sus investigaciones progresan vertiginosamente, siendo su futuro profesional promisorio. Sin embargo, hay algo que no funciona del todo bien, ya que Bach siente que debe de hacer algo más.
En 1930 entra en una profunda crisis vocacional y espiritual y, guiado por su fina intuición, siente que su amor por la naturaleza y su conocimiento de las plantas lo van a llevar a encontrar algo definitivo, total. Cree que para obtener los secretos que la naturaleza le guarda, debe sentirse totalmente libre siendo imprescindible para ello desprenderse de las ataduras inmovilizantes del pasado.
Ese mismo años deja sus tareas, vende su laboratorio y quema todos sus trabajos, documentos científicos y anotaciones. Sus vacunas no corren mejor suerte: un esclarecido Bach las arroja sin contemplaciones por el desagüe. Renuncia a lo logia masónica a la que pertenecía y se despide de sus amistades y colaboradores, que estupefactos constatan la marcha de su carismático maestro.
De su vida afectiva, sabemos que estuvo casado en dos ocasiones y que tuvo una hija del segundo matrimonio. La enorme versatilidad y disponibilidad para su obra que en lo sucesivo debería tener, probablemente le imposibilitaba una relación afectiva de las llamadas "estables".
En mayo de 1930 parte en tren a Gales, la tierra de sus ancestros. A partir de aquí empieza la gran aventura, la interior, la del conocimiento. Durante los años siguientes se consagra plenamente a la búsqueda de los remedios. Esa búsqueda exterior es superponible e inseparable de la interior, de la que le dicta su alma.
Bach pasa por diversos estados emocionales donde no le son ajenos el sufrimiento, la impaciencia, la irritabilidad, la depresión, el miedo, la indecisión...Estos episodios fomentan una determinada sensibilidad. De hecho, esta última condición se ha desarrollado todavía más y su diálogo con la naturaleza y lo trascendente determina que el sea su propio laboratorio: ingiriendo o tocando pétalos, muchas veces ya siente el efecto que tendrá la flor. Otras veces, la proximidad de la planta le aporta datos esclarecedores. En otros casos ocurren sincronismos muy significativos que lo hacen relacionar la forma de la planta o el lugar y la manera en que crece, con su efecto.
Bach siente que toda la energía de las plantas está concentrada en las flores. Se centra en las silvestres y desecha potencialmente tóxicas y de baja vibración. Toma conciencia de la importancia del sol y elige las de los lugares más soleados para trabajar. Piensa que extraer el poder curativo de las flores no debe ser complicado y en principio utiliza el rocío de las primeras horas de la mañana. Más adelante comprueba que la energía de la flor puede ser vehiculada por el agua, por lo que aplica el método de solarización para unas y el de cocción para otras.
Entre 1930 y 1935 Bach prepara 38 remedios florales y escribe dos pequeños libros CÚRESE A USTED MISMO y los LOS DOCE CURADORES Y OTROS REMEDIOS, donde plasma su filosofía de la vida y describe con gran simplicidad sus remedios. En estos años padece épocas de penuria económica, ya que es remiso a cobrar sus visitas, viviendo de los donativos de sus pacientes más acaudalados y agradecidos. muchas veces, estos ingresos se producen "in extremis".
En dos ocasiones el Colegio de Médicos está apunto de prohibirle el ejercicio de la medicina. En1932 por anuncios en la prensa, promocionando su incipiente sistema floral, y en 1935 por trabajar con ayudantes no titulados. En ambos casos Bach responde contundentemente y, contra todo pronostico, no es sancionado.
La mayoría de los 12 remedios fueron preparados en Cromer (Inglaterra) por el método de solarización. En este pequeño pueblo de pescadores permanecio de 1930 a 1934, con continuas idas y venidas a Londres y al País de Gales. La dedicación exclusiva que tenia Bach para con sus asuntos florales, no quita que fuese un hombre accesible para los lugareños, Es bien sabido que frecuentaba la taberna del pueblo con regularidad, donde bebía, cantaba y jugaba como todos.
En 1934, Bach tiene catalogados 19 remedios y la sensación de haber llegado al final de su búsqueda. Su naturaleza Vervein positivo en cuerpo frágil, le pide descanso. Para ello se traslada a una pequeña casa en Sotwell donde él mismo fabrica algunos muebles de madera. Sin embargo, la tranquilidad va a durar poco.
En esta época Bach ha desarrollado importantes dotes de clarividencia y sin duda, ahora más que nunca, se ha convertido en un canal energético, vehículo del que se espera una gran misión. (En este sentido parece ser bastante significativo el hecho de haber asistido a las conferencias que en Londres dictara ya un anciano Rudolf Steiner, 1861-1925, el enigmático filósofo y vidente austríaco, creador de la Antroposofia.
Entre marzo y agosto de 1935 (en solo 6 meses) prepara los 19 últimos remedios. Esta última tanda va a tener características muy diferentes a las dos anteriores. Todos los remedios menos uno (White Chestnut) se preparan por cocción. Para dar con estas esencias, que él mismo define como más espiritualizadas, debe pasar por los estados negativos que las corrigen. Un Bach físicamente precario, pero espiritualmente exultante, debe experimentar episodios de angustia extrema, depresión, miedo a perder el control, etc. No olvidemos que él mismo ha elegido ser su propio laboratorio, aunque a menudo se produzcan "reacciones explosivas".
Esta tarea es tan dura, que Bach sólo sobrevivira 14 meses para trabajar con su sistema al completo.
Durante este tiempo atiende a numerosos pacientes, dicta conferencias, escribe, y sobre todo constata la eficacia de los preparados.
Pocas semanas antes de morir comunica a sus colaboradores: "mi tarea está cumplida , mi misión en este mundo está terminada".
El 27 de noviembre de 1936 muere mientras dormía en su casa de Sotwell, dejando su gran legado a la humanidad. Desde entonces, más de 70 años de experiencia con sus remedios, han confirmado todos y cada uno de sus postulados.
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